miércoles, 7 de enero de 2015

Colapso del final de la última glaciación

El último periodo glacial o última edad de hielo es el último período más o menos reciente en la historia de la Tierra en el cual extensas zonas de la superficie terrestre fueron ocupadas por casquetes de hielo; el clima se enfrió a nivel global, lo cual afectó incluso a zonas tropicales y provocó una regresión marina que disminuyó la superficie de océanos y mares.
Las principales zonas cubiertas por hielo fueron los Andes patagónicos, Andes venezolanos, Fenoscandia (península escandinavapenínsula de Kola, Karelia y Finlandia), Nueva Zelanda, los Alpes, el norte de la Cordillera norteamericana, la zona de los grandes lagos, incluido todo el este de Canadá, Islandia, las islas británicas, además de Groenlandia y la Antártida que retienen sus glaciares desde entonces. Producto de esta glaciación algunas zonas, hoy en día áridas, tuvieron mayores precipitaciones, como es el caso del Altiplano. El último periodo glacial empezó hace unos 110.000 años y tuvo su apogeo hace unos 20.000 años.
Tuvo un colapso drástico hace unos 12.000 años.[1]

¿Qué lo produjo?

Hace 11.500 años fragmentos de la supernova Vela entraron en el sistema solar .
El remanente de la supernova Vela es un remanente de supernova en la constelación austral de Vela . Su fuente de supernova tipo II explotó hace aproximadamente 11.000-12.300 años (y estaba a unos 800 años luz de distancia). La asociación de la remanente de supernova Vela con el púlsar Vela , hecha por los astrónomos en la Universidad de Sydney en 1968, [2] era una prueba observacional directa de que las supernovas forma las estrellas de neutrones.

El remanente de la supernova Vela incluye NGC 2736 . También se solapa con el remanente de la supernova Puppis, que es cuatro veces más distante.

Tanto los Puppis y Vela restos son algunas de las características más grandes y más brillantes en el cielo en rayos X .
El remanente de la supernova Vela (SNR) es uno de los más cercanos conocido por nosotros.
El Geminga púlsar está más cerca (y también es resultado de una supernova), y en 1.998 se descubrió otro remanente de supernova, RX J0852.0-4622 , que desde nuestro punto de vista parece estar contenido en la parte sureste del remanente Vela.
Una estimación de su distancia pone a 200 parsecs de distancia (unos 650 ly ), más cerca que el remanente Vela y, sorprendentemente, parece haber explotado mucho más recientemente (en los últimos 1.000 años más o menos), ya que todavía está irradiando gamma rayos de la descomposición de titanio-44 .
Este remanente no fue visto antes porque en la mayoría de las longitudes de onda que se pierde en la imagen del remanente Vela.

http://en.wikipedia.org/wiki/Vela_Supernova_Remnant

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Las pruebas del diluvio universal en las diferentes culturas



Viejos trabajos puestos al día, nuevos arqueólogos, geólogos, astrónomos y antropólogos están revitalizando la veracidad de una de las grandes leyendas de todas las culturas humanas: el Diluvio Universal. 

La cultura de Tiahuanaco, asociada al lago Tititcaca, en Bolivia, es una de las grandes incógnitas de nuestro mundo; ni se sabe por qué desapareció ni cómo se construyeron gigantescos edificios tales alturas, pero en lo que muchos están de acuerdo es en que se trata de las más antiguas ruinas de una civilización. 
En su libro “Construidas antes del diluvio: el problema de las ruinas de Tiahuanaco", Bellamy documenta la existencia de sedimentos marinos en una extensión de 700 kilómetros en aquella área.
Las leyendas asociadas a esta enigmática cultura hablan de que la debacle que la precipitó fue la ruptura del Lago Titicaca que dió origen al río Desaguadero y al lago Poópo.
Según el investigador ruso Immanuel Velikovski, autor de “Mundos en colisión” y “La Tierra en el cataclismo”, es preciso considerar que cuerpos estelares tuvieron que ver con los cambios vividos en el planeta. Las hipótesis de que las debacles y catástrofes acaecidas en nuestro planeta hayan sido provocadas por el impacto de cuerpos estelares cobran fuerza a medida que los datos geológicos, los arqueológicos y los antropológicos se interrelacionan para generar nuevas teorías sobre el clima y su evolución. Entre otras cosas, estas teorías podrían explicar la desaparición de grandes animales, “mastodontes” como el mamut, hace entre 9.000 y 12.000 años.
Velikovski sostiene que el fin de la Edad de Hielo ocurrió hace tan sólo 12.000 años. El ruso fundamenta su teoría en los fabulosos yacimientos de animales extinguidos cuyos huesos fueron encontrados en descomunales fosas a las que habrían llegado, aparentemente, movidos por una fuerza violenta. Fosas como la de Agate Spring Quarry en Nebraska, comprenden 164.000 huesos de 800 animales diferentes. Los más numerosos son de un pequeño rinocerante, otro caballo enano y un cerdo gigante. En Alemania, en un hoyo situado en Neuköln, se encontraron restos fosilizados de mamuts, bueyes almizcleros, bisontes, hienas, renos y dos especies diferentes de elefantes. Todos sus huesos, al igual que en el yacimiento de Nebraska, estaban revueltos, como si una corriente los hubiera juntadao, y su fecha de datación es de hace 12.000 años, el final de la glaciación según las “modernas” teorías.
Velikovski, como Hapgood, alude a las pruebas de la región de Tiahuanacu, con la imposibilidad para el traslado de semejantes piedras y la construcción de terrazas, para avalar la teoría de que no fueron las montañas las que se elevaron sino que fue el mar el que bajó.
En pocas palabras, las tesis que, con matices, sostienen Hapgood, Bellamy y Velikovski, entre otros, es que la edad del hielo terminó hace 12.000 años, y que la acción de algún cuerpo estelar como el mítico doceavo planeta o Marte, habría sido el detonante del cambio en los polos magnéticos de la Tierra, lo que originó en diferentes épocas planetarias, catástrofes como el diluvio universal y la destrucción de los propios dinosaurios.

Alexander Tolman, de la Universidad de Vienta cree que hace 12.000 años hubo un descenso en la capa de ozono que nos protege de las nocivas radiaciones del sol, en el que tuvo bastante que ver el choque de un meteorito; que sería el Meteorito Clovis.

Matt Brinkman, por su parte, en “La datación de la Eda de Hielo” recuerda que hace 9.000 años perecieron muchos animales, como el mamut y grande felinos.

Toda esta corriente que abarca a eruditos de diferentes campos del saber consideran que los bruscos cambios en la Biosfera habrían venido originados por modificaciones en el sistema solar.


Todas estas teorías han provocado que diferentes investigadores hayan vuelto a proponer la existencia de un gran cataclismo planetario, hace entre 9.000 y 12.000, que habría acabado con grandes civilizaciones en la tierra y habría quedado en la memoria colectiva de numerosos pueblos como “el diluvio universal”.

 En esta situación habrían quedado los sobrevivientes.

Las ciencias empíricas y las tradiciones espirituales se pondrían de acuerdo gracias a H. S. Bellamy, quien recopiló 500 leyendas de prácticamente todas las culturas del mundo que apoyan esta teoría y las similitudes.

Confusión entre Cataclismo de hace 11.500 años y el Cataclismo de hace 5.125 años

Según la Biblia y la Torá judía, el diluvio se produjo hace poco más de 5.000 años, lo que demuestra que éste no es el diluvio 'universal', aunque no fue menos importante.

martes, 14 de enero de 2014

Paso humano a traves del cambio climatico


La Placa de Hielo Laurentino tenia 3,2 Km de espesor medio. Permanecio durante 60.000 años que duro la Glaciacion de Wisconsin (Würm), inicio su retroceso hace 20.000 años, y tardo 10.000 años en disolverse. Lo hizo hace 10.000 años, momento en que consideramos como el Inicio del Holoceno.

Los contingentes de personas viajaban a traves de Beringia y por el corredor transitable, de ida y de vuelta; era zona de transito.
Los pueblos que vivian acechados por la Placa de hielo Laurentino buscaron refugio en las cuevas, y a medida que el clima se fue haciendo mas benigno fueron saliendo timidamente al reparo de los aleros.

Al fin, ya ganaron el espacio abierto mediante Casas Grandes y Casas Pueblo.

Antidiluvial

Cueva Ventana  es un sitio arqueológico en el Sur del Estado de Arizona.
Se encuentra ubicado en la reserva indígena Tohono O'odham (Pueblo del Desierto).

La cueva fue excavada por Emil Haury y Hayden Julian en 1941-42.

Los artefactos de la Cueva Ventana más profundos fueron recuperados de una capa de escombros volcánicos que también contenía caballos del Pleistoceno, y otras especies extintas y modernas. Una punta de proyectil de la capa de escombros volcánicos se comparó con la Tradición de Folsom y más tarde con la cultura Clovis, pero el conjunto era lo suficientemente peculiar como para justificar un nombre distinto: El Complejo de la Ventana. 

Las fechas de radiocarbono de la capa de escombros volcánicos indican una edad de alrededor de 13.300 años, o sea, antes del diluvio provocado por la ruptura del Manto Laurentino (11.550).

domingo, 25 de noviembre de 2012

El suceso de las cataratas del Niágara


Todo el hielo del Manto Laurentino, acumulado durante 100.000, se derritió y volcó al océano Atlántico en gran parte a través de las cataratas del Niágara y del río San Lorenzo.
Esta ruptura abrupta de las paredes de los Grandes lagos se produjo el 23 de septiembre de hace 11.557 años y en un momento sumergió a la Atlántida.
Este suceso fue descubierto por los geólogos austríacos Alexander Tollmann y su esposa Edith Kristen-Tollmann, de la Universidad de Viena, mediante un profundo análisis estratigráfico de las tectitas y los núcleos de hielo.

lunes, 12 de noviembre de 2012

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Jean-Albert Foéx nos ha ofrecido la explicación más plausible y al mismo tiempo más obvia acerca de la Atlántida, en su libro "Histoire sous-marine des Hommes" (Historia submarina de los hombres).
En el último período glaciar el nivel del mar se hallaba unos 135 a 150 metros por debajo del actual.
La elevación del nivel se debió a las inundaciones originadas por el deshielo de los últimos glaciares.
Cuando el tercer y último glaciar se retiró y los hielos se derritieron, las aguas se elevaron en más de 150 metros y produjeron lluvias torrenciales y erupciones volcánicas, especialmente en las zonas volcánicas del Atlántico.
La Atlántida desapareció durante los trastornos sismológicos que acompañaron a las grandes inundaciones subsiguientes al deshielo.
Este aumento del nivel de las aguas podría explicar también el gran crecimiento del Mediterráneo, cuyo fondo no es un verdadero fondo marino, sino que se caracteriza por tener valles y montañas.
Sabemos que los glaciares existieron; que el hombre preglacial también existió, y conocemos el ritmo de aumento de nivel de las aguas del océano gracias a la precisión que el empleo del carbono 14 nos ofrece para establecer la edad de los materiales dragados. Entre esos materiales figuran conchas marinas, moluscos, turbas, mastodontes y mamuts e incluso herramientas prehistóricas.
Si proyectamos las islas del Atlántico de acuerdo con su situación en aquella época, incluyendo todo el fondo del mar que las rodeaba, hasta una profundidad de 150 metros o más, obtenemos islas con áreas terrestres mucho mayores; tal vez no del tamaño de los continentes, pero sí lo bastante extensas como para mantener una población numerosa y activa, capaz de desarrollar una civilización.
Algo similar ocurrió con las otras costas, de Francia, España, Portugal, África del Norte y América, que se extendían probablemente tanto como el zócalo continental, como lo demuestran los cañones submarinos que parten de los ríos actuales hasta llegar al borde de grandes abismos.
Estas islas oceánicas no sólo habrían sido mayores que las actuales, sino más numerosas, lo cual significaría extensas zonas secas comprendidas en las orillas de las grandes y pequeñas Bahamas, donde se han realizado recientes descubrimientos de edificios y ciudades sumergidas. La extensión “anterior a la inundación” de estas zonas y de las islas atlánticas nos recuerda la mención por parte de Platón de “…otras islas; y desde las islas se podía atravesar al continente opuesto…”.
Tanto en las Azores como en las Canarias y las islas Bermudas se ha informado de la existencia de construcciones submarinas de origen desconocido.